Alma de niño

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Por María Xavier Gutiérrez

Los niños tienen una capacidad para asombrarse que me cautiva. Mis hijos tienen, Diego diez años y Belén siete y ambos gustan de los juguetes. Su padre que viaja con cierta frecuencia acostumbra a traerles algún souvenir, que a veces es mejor que otros.

En su último viaje, sin tiempo para buscarles un «cariñito», al desempacar saco una bolsita llena de jaboncitos de hotel, antifaces para dormir, champucitos, cremitas, spray bucal miniatura, aguja e hilo para surcir, esponja para zapatos y una lanilla para lo mismo. Eran bastantes cositas!

Ante mi asombro los niños empezaron a repartirse con emoción cada objeto, Belén eligió cremitas olorosas a almendra, spray bucal, jaboncitos y la esponja para zapatos, con ella empezo a masajear la cara de su padre y hermano y luego se dedicó a oler aromas de los productos.

Diego eligió la aguja e hilo, lanilla para zapatos y otras cosas parecidas a las de su hermana. Me dijo que quería usar la aguja, que queria hacer un muñeco. Entonces le hice el croqui de un gordito y le enseñe a cruzar la aguja. Coció el croqui del muñeco y le puso botones en ojos y manos. Trabajó contentó y concentrado.

En otra ocasión papá gastó sólo dos dólares en papelitos de formas y colores «postit» y Belén alucinó con las hojitas. De hecho ella juega más con papeles y colores que con las mini laptos infantiles o cosas sofisticadas. Diego por su parte se esmera con las manualidades escolares y le da orgullo cuando se las pongo de adorno….. Aunque estén chuecas!

Los niños tienen la capacidad de entretenerse y de aprender con cosas simples pero los padres modernos caemos en la trampa de las nuevas tecnologías, les fomentamos juegos sedentarios y mucha televisión, es común calmar a los niños poniéndoles una película o dejándolos que jueguen Nintendo.

También esta la tendencia de hacerlos participar en cuanta actividad extra curricular exista, por sí acaso va a ser Picaso más vale lo descubra temprano. Pero a veces los niños solo quieren ser niños, retozar en sus tiempos libres, acurrucares con sus padres, hacer legos, crear mundos imaginarios para sus carritos o sus muñecas. Yo creo que sin eso no hay infancia.

Han intentado cocinar con un niño, pues yo no porque se me quema hasta el pan en el horno, pero mi esposo si lo ha hecho y les aseguró que los niños se entregan de corazón, con cosas simples como esprimir naranjas, dejarlos amasar para hacer la tortillas etc…

Lo que si he hecho con ellos es pintar con pinceles, leer cuentos y volar cometas cuando vamos a la playa, elevamos desde un barco pirata hasta un pulpo y les encanta. Otra actividad que disfrutan montones es la velada familiar de fin de año donde participan con esmero y gozan.

Mis hijos son hijos de su tiempo, yo como madre e hija de otra época he tenido que aprender a balancear los tipos de diversión buena para ellos, en ese sentido nos ha resultado fomentar mucha actividad al aire libre, relacion con amigos y arte. Cada una acorde a la vocación de mis hijos y a su madurez, también acorde a nuestro tiempo y presupuesto.

Una cosa de gran valor es que tenemos vecinos con hijos de sus edades y eso ha sido de lo mejor porque cada tarde, cuando acaban sus tareas del colegio, o sin acabarlas, para ellos salir a jugar es un gran evento.

Creo que los hijos en el fondo no desean ese juego Wii, en el fondo no desean un celular que tome fotos ni la muñeca que hace pi, lo que quieren es tener momentos de emociones, sensaciones, tocar, saltar, oler, observar, escuchar, amar, que les aplaudamos sus logros y que nos sentemos a jugar con ellos. Por mi parte en sus próximas vacaciones iremos a volar mas cometas a la playa

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